A vueltas con el distrés de la «supermujer»

El pasado 8 de marzo, el Día de la mujer trabajadora, decidí iniciar este blog. Las motivaciones fueron muchas y diversas, pero el detonante de hacerlo ese día y no otro fue todo lo que llegué a oir y ver a lo largo de esa jornada.

Los discursos sociales acerca de la mujer, y más concretamente acerca de la «mujer trabajadora», con los que me encontré ese día no me convencieron. Los comentarios que oí a mi alrededor, menos. Así que al finalizar la jornada escribí un pequeño post titulado «Hoy es el día: Día del «distrés» de la mujer trabajadora» y planté un título al blog  que recogía la palabra que más me habían reportado las mujeres :  «colapsadas».


Hoy el diario «20 minutos» arranca en su portada con un titular: «Las «supermujeres» padecen estrés, angustia y dolor físico».

Y es cierto, las mujeres dedicamos mucho tiempo y energía a responsabilizarnos de áreas como

profesión

casa

hijos

padres

Y muy pocas horas a otras áreas que supondrían responsabilizarnos de  nuestro bienestar y desarrollo:

salud

ocio

pareja

Y es que muchas mujeres sienten que son muchas cosas pero muy poco ellas mismas.


Es evidente que casi todas, quien más quien menos, repetimos esos roles. Los cambios políticos, los cambios legislativos, son necesarios para regular estas situaciones pero no suficientes. Conceptos como «conciliación» ayudan. Pero creo que los verdaderos cambios sucederán cuando las mujeres tomemos más consciencia de qué nos pasa , de cómo nos estamos comportando individual y socialmente, y de qué estamos haciendo al respecto.

A veces «parar» es bueno. Y distanciarse de lo cotidiano, también. Salir del marco de lo conocido, de los límites que creemos que existen y que condicionan nuestra visión es, en ocasiones, la mejor opción.

Como nos indica hoy la filósofa Monique Canto-Sperber recuperando a Sócrates en el espacio de La Contra , «una vida sin skepsis – reflexión e indagación profunda-no merece la pena ser vivida».

Si nosotras no nos hacemos cargo de nuestra salud y bienestar…

¿Quién lo hará por nosotras?

 

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