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¿Las personas que se dedican a la prostitución deben pagar impuestos como el resto de los trabajadores autónomos? En tiempos de crisis los gobiernos, las Agencias Tributarias, examinan con lupa los negocios y declaraciones de los autónomos. Las transacciones económicas -incluso las donaciones- están gravadas con sus correspondientes impuestos. ¿Qué está pasando entonces con el dinero que mueve la prostitución? ¿Es libre? ¿Los clientes y los trabajadores hacen lo que quieren sin rendir cuentas a nadie? ¿Aquí se puede no emitir facturas ni identificar a las partes de la actividad económica? Resulta cuanto menos curioso y quizá una de las formas de potenciar la extorsión y explotación sexual de millones de personas. Seguir leyendo